Cuando Matías Alcalde estaba por terminar Ingeniería Civil Hidráulica en la Universidad Católica, el país se remecía con el terremoto del 27 de febrero que afectó a gran parte de la zona centro sur. Cuenta que el sentido social siempre ha sido parte de su vida, por lo que no lo pensó dos veces y, junto a un grupo de amigos, impulsaron una ONG llamada Costa Sur, que buscaba ir en ayuda de las localidades ubicadas entre Cunaripe y Cobquecura, zonas afectadas por el fuerte sismo y posterior tsunami.
Luego de esa experiencia, Alcalde terminó la carrera y comenzó a trabajar en el sector empresarial, pero la inquietud social jamás la dejó de lado y, en paralelo, seguía trabajando en la costa de Chile impulsando GiveSurf, donde “identificamos liderazgos positivos para establecer programas sociales-deportivos-educativos en torno al surf. Este es un modelo que busca valorar al líder local y darle herramientas para trabajar en programas deportivos extracurriculares. Hoy abarcamos comunidades costeras en Arica, Mehuín, Pichilemu y Matanzas”, explica.
A juicio de Alcalde, ambas experiencias fueron formadoras en su vida profesional. Tanto así, que siguió a Nicholas Davis, presidente de EuroAmerica, en un proyecto ambicioso de construir un hotel de un piso, que no alterara el paisaje ni la naturaleza de Punta de Lobos, en la VI Región. Así, fue gerente general del Hotel Alaia y luego director, cargos que le dieron la posibilidad de observar de cerca lo importante que es para la comunidad de esa zona conservar el lugar.
Consciente de ello, Davis creó la Fundación Punta de Lobos, cuya misión es establecer un proyecto de conservación perpetua en el borde costero de Punta de Lobos y expandir este modelo para salvaguardar el borde costero de Chile, ONG donde Matías Alcalde fue director ejecutivo durante cuatro años.
“Existía en ese entonces -y todavía- una amenaza en Punta de Lobos por los proyectos inmobiliarios. Eso fue lo que me llevó a trabajar allá, donde viví por cinco años buscando dar una estructura a un sello colectivo que quería proteger el lugar”, explica.
Hoy, se encuentra viviendo en San Francisco, California, liderando la organización público-privada Chile California Council, que se dedica a fortalecer las relaciones entre Chile y California, en el punto de intersección entre la naturaleza, personas, ciencia y tecnología.
“Ha sido fascinante trabajar en un eslabón distinto, donde se une el sector público y privado, abriendo la cancha a otros temas también importantes de resolver, como la energía, el suelo, el agua. Cosas propias de mi profesión”, sostiene.
A sus 37 años, juntando todas sus experiencias laborales, el ejecutivo reflexiona sobre qué lo inspira al crear proyectos con impacto: “Visibilizar a las personas, otorgar liderazgos y trabajar en iniciativas inclusivas, constituyen uno de los motores que me mueven en este camino”, puntualiza.