“Mellizos transhemisféricos”: lo que Chile podría aprender de los incendios en California

Chile y California son lo que se conoce como “mellizos transhemisféricos”, ya que comparten una serie de elementos similares que van desde la geografía a la economía. A eso se suma que ambos tienen dos de las cinco zonas del planeta donde reina el clima mediterráneo.

El Chile California Council es una organización binacional con sede en San Francisco que busca promover relaciones mutuamente beneficiosas y el intercambio de conocimientos entre ambos territorios en los sectores público y privado.

En esa línea, desde la ONG afirman que nuestro país podría aprender mucho de la actual crisis que atraviesa esa zona.

Lo anterior debido a los incendios descontrolados que han consumido más de dos millones de hectáreas y emitido 83 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, según los datos del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo.

A juicio de Matías Alcalde, representante de la instancia, la situación de California ahora nos podría enseñar y ayudarnos a prepararnos de cara a la primavera y verano, estaciones en las que Meteorología ya ha alertado que habrán pocas lluvias.

“La situación que se vive en California producto de los incendios es realmente preocupante y lamentable. Geográficamente Chile es muy similar a este Estado, uno de los más golpeados por esta tragedia”, partió Alcalde.

“Por esto es importante observar con atención que se está haciendo y qué se podría hacer mejor tanto para prevenir como para detener eventuales incendios forestales durante el verano que está a la vuelta de la esquina en Chile”, agregó.

Y eso se enmarca en un periodo donde las temperaturas han registrado máximos históricos, con ondas de calor que han producido que los bosques se sequen anticipadamente, lo que sumado a la mega sequía hace que los incendios lleguen antes de lo esperado.

“La ciencia toma un rol fundamental para un debido manejo orientado hacia la prevención de fuegos, como también la coordinación entre el sector eléctrico, forestal y de las distintas agencias de emergencia para poder comprender mejor estos fenómenos que aumentan con el cambio climático”, finalizó.

Chile y California son lo que se conoce como “mellizos transhemisféricos”, ya que comparten elementos similares como clima, cordones montañosos y actividades productivas, por lo cual se pueden establecer paralelos y obtener conocimiento sobre fenómenos y medio ambiente entre otros temas.

Sumado a ello, tienen dos de las cinco zonas del planeta donde reina el clima mediterráneo.

Chile California Council

Fuente: biobiochile.cl

Foco en la costa: conectando Chile y California

En el Pabellón de Chile de la COP25 en Madrid, España, el miércoles 4 de diciembre se realizó el conversatorio: “Foco en la Costa: Conectando Chile y California”, organizado por el Chile California Council. El objetivo fue el de impulsar el proceso científico y social necesario, para el diseño de políticas públicas efectivas en pos del desarrollo sustentable de la Zona Costera de Chile, la más afectada frente al cambio climático. El evento contó con la participación del ministro de Ciencia, Andrés Couve, y un panel de expertos científicos de la zona costera de Chile. Inspirados por el ejemplo de California, que hace más de 10 años impulsó el exitoso Marine Life Protected Act que culminó con una red de Áreas Marinas Protegidas a lo largo de toda su costa, se enfatizó la urgencia con que se debe abordar este complejo desafío en Chile.

El panel de expertos estuvo compuesto por Dr. Patricio Winckler, profesor e investigador de la Universidad de Valparaíso y CIGIDEN, Rodrigo Cienfuegos, Director e investigador en CIGIDEN y Observatorio de la Costa, Dra. Carolina Martínez, geógrafa e investigadora en CIGIDEN y Observatorio de la Costa, Carolina Jarpa, Consultant Universidad Austral – Observatorio de la Costa, y Jacqueline Peters, Comité Ambiental Algarrobo, y Matías Alcalde, Representante ante el Chile California Council.

El Ministro de Ciencia, Andrés Couve, agradeció el honor de abrir el panel y destacó que junto con el desafío del cambio climático existe el aún mayor desafío de fortalecimiento de la democracia. En este sentido, destacó el objetivo de este panel pues representa un esfuerzo por enfrentar el cambio climático junto a las comunidades locales, involucrando a distintos sectores a nivel internacional, academia, gobiernos locales, y sociedad civil. Luego destacó los enormes desafíos que enfrenta el borde costero en términos de los impactos del cambio climático, e hizo un llamado a no paralizarnos sino que a buscar soluciones de manera conjunta. Concluyó enfatizando que el rol del Ministerio es el de promover la aplicación del conocimiento desarrollado por la comunidad científica para el bienestar de la población, a través de un trabajo sistemático de la mano con los científicos y tomadores de decisión.

Matías Alcalde tomó la palabra para referirse a la misión de Chile California Council en el marco del impacto del cambio climático en la costa de Chile, que es la de facilitar procesos transformacionales que fomenten acciones concretas y colaborativas. Destacó las oportunidades existentes entre Chile y California – mellizos trans-hemisféricos y regiones costeras por naturaleza – de intercambiar experiencias exitosas en políticas públicas para el desarrollo de modelos sustentables. Destacó el modelo de California para la zona costera, señalando desde el lado marino el Marine Life Protected Act (MLPA): “El MLPA es un proceso social público privado, que se desarrolla por alrededor de 6 años, y culmina con la creación de una red de áreas marinas protegidas a lo largo de toda la costa de California. Tras 10 años de implementadas,  ya cuentan con datos respaldados en ciencia de cómo éstas áreas han beneficiado a la recuperación de ecosistemas marinos, y cómo también han beneficiado a las economías provenientes de pesquerías costeras. Chile tiene una gran oportunidad para construir políticas públicas con bases sólidas que favorezcan diseños resilientes para los cambios que estamos observando.”

Desde distintas miradas expertas hacia el desarrollo del borde costero, los integrantes del panel presentaron datos y estudios científicos, reflexiones y propuestas, en pos de un futuro manejo integrado de la zona costera, que permita a Chile combatir y adaptarse a los impactos del cambio climático.

Patricio Winckler presentó nuevos hallazgos sobre los impactos del cambio climático en la zona costera. Utilizando un escenario de emisiones de 8.5 (Trayectorias de Concentración Representativa o Representative Concentration Pathways, RCP), Winckler analizó los impactos de vientos, olas, tormentas costeras y cambios en el nivel del mar en la erosión costera, humedales y puertos. Los resultados muestran que las tormentas costeras han aumentado en frecuencia e intensidad en los últimos 35 años, tendencia que continuará. Lo anterior, sumado al aumento proyectado del nivel del mar y un retroceso de 5 a 25 metros de linea de playa, implicarán mayores inundaciones y daños importantes en infraestructura y su población durante los próximos 30 años.

Rodrigo Cienfuegos presentó resultados de investigaciones que ponen en evidencia el alto nivel de riesgo en que se encuentra una gran parte de nuestra infraestructura y asentamientos humanos costeros. Destacó la importancia de incorporar la infraestructura verde (incluyendo la restauración de ecosistemas naturales como dunas y humedales) al diseño de políticas públicas, pues está demostrado que “cuando protegemos a la naturaleza, la naturaleza también nos protege”. Concluyó con un llamado a discutir como sociedad sobre el nivel de riesgo que estamos dispuestos a aceptar como sociedad, utilizando como insumos los nuevos hallazgos que la ciencia está siendo capaz de entregar, que reflejan en ciertas zonas, construcciones que se acercan al 100% de niveles de riesgo de sufrir impactos por eventos naturales extremos.

Carolina Martínez presentó evidencias sobre los efectos antrópicos en la costa de Chile que, sumados a la vulnerabilidad natural de Chile a los cambios tectónicos y al cambio climático, han aumentado la erosión, degradación y riesgos en la zona costera. Destacó que la actual Política Nacional para el Uso del Borde Costero se encuentra obsoleta y requiere urgentes modificaciones, en particular la introducción del concepto de Zona Costera en reemplazo del concepto de Borde Costero, ya que este último deja fuera a sistemas dunares y humedales costeros. Luego presentó el Observatorio de la Costa, una plataforma científica y técnica que busca proveer insumos claves para las discusiones legislativas y regulatorias de la zona costera. Concluyó presentando algunas acciones en curso hacia una gestión integrada de la zona costera en Chile.

Carolina Jarpa presentó una contextualización general del estado de humedales costeros en Chile, y explicó la importancia de sus funciones ecológicas como primera línea de protección frente al cambio, refugios de biodiversidad, captura de carbono, y buffer para la erosión costera y el aumento en el nivel del mar. Enfatizó la afectación hídrica que están sufriendo parte importante de humedales costeros en Chile, y destacó la nueva Ley de protección de humedales urbanos, con la esperanza de que pronto contemos con leyes para humedales costeros y otros de igual importancia.

Jacqueline Peters presentó su visión como dirigente del Comité ambiental de Algarrobo, una asociación de voluntarios enfocados en la protección del medio ambiente y en educar a la comunidad. Destacó que formar parte del Observatorio de la Costa ha sido un proceso muy importante de aprendizaje, y que la educación es una herramienta de cambio social. Describió las áreas de acción del Comité, y el trabajo que realizan a través de una red colaborativa con instituciones y fundaciones, y con un fuerte énfasis en participación ciudadana. Concluyó diciendo que “confiamos en que esta crisis ambiental nos de la consciencia y el amor necesario para equilibrar nuestro nivel de inteligencia, y dejemos de pensar que por sólo pensar somos dueños del mundo. Un mensaje que viene desde una pequeña bahía al sur del mundo, un lugar donde los ciudadanos nos reconocemos como hijos de la tierra, y nos organizamos para protegerla.”

Matías Alcalde hizo un llamado urgente a llevar el foco de la protección del océano hacia la zona costera, haciendo énfasis en los beneficios sociales que conlleva. Además de la mejora económica en las pesquerías, impacta positivamente al turismo y a preservar los usos tradicionales de comunidades costeras. “Las primeras líneas siempre serán primeras líneas, lo importante es dónde se fijan. La zona costera comprende una primera franja terrestre natural, clave para la protección de los asentamientos humanos y para el equilibrio de los ecosistemas marino-terrestres. Además, son el lugar de bienestar de las personas, y los estamos perdiendo a diario.”

Al finalizar el panel, en un escenario internacional como COP25, se plantea la visión de protección costera con un potencial de expandirse en todo el corredor Pacífico, desde Chile a California, creando sinergias regionales para la conservación de la zona costera y su gente, exportando modelos ya probados como se realizó en California. Para ello, la única forma de sacar el trabajo adelante es que Chile haga inicio de un proceso social sistemático, de juntar a todos los actores y usuarios de la zona costera, sobre una base científica, a conversar para luego avanzar con prototipos iniciales.

Fuente: Ladera Sur

Cambio Climático: ¿Quien se ha llevado mi queso?

“¿Quién se ha llevado mi queso?” Es un libro corto de Spencer Johnson, para todas las edades, que a través de una metáfora hace la analogía perfecta para describir los procesos que hoy vive la humanidad. Para el que no lo ha leído, trata de una comunidad de ratones que deciden explorar nuevos horizontes, porque su queso empezó a cambiar.La comunidad se dividió porque algunos ratones decidieron quedarse en su situación de costumbre y no creían en la necesidad de explorar. Decían que su queso era abundante y no entendían a los ratones exploradores que comenzaron a buscar otras alternativas. Pero el queso se empezó a descomponer, hasta que un día se acabó.

Los ratones reacios que no se habían movido, vencieron su orgullo y fueron a ver en qué estaban los ratones exploradores. Al encontrarlos, jamás pensaron lo que verían. Los ratones exploradores habían descubrieron otro queso, distinto al anterior pero aparentemente mucho más sabroso. Se veían felices, adaptados a las nuevas condiciones. Habían transformado su manera de tratar a este queso nuevo para que no les volviera a ocurrir lo mismo. Vivían con un sentido de comunidad y colaboración mucho mayor que antes, y con la conciencia de que ese queso no era infinito, de manera que siempre exploraban otras opciones de respaldo. Debían racionar y procurar encontrar formas para que no se acabe el queso para los futuros ratoncitos, como les sucedió con el queso original.

Este simple ejemplo ilustra de buena forma cómo la humanidad actualmente se está relacionando con su propio queso: el planeta. Nos está ocurriendo lo mismo que a la comunidad de ratones. Hay algunos exploradores convencidos de que el tratamiento del planeta – como se ha hecho el último siglo – no es el camino. Más aún, que nos lleva a la destrucción y escasez. Otros no lo creen.

Todo tiene su capacidad de carga y de entrega en períodos determinados de tiempo. Pareciera ser que al planeta se le ha pedido mucho en tiempos cortos, y a estas velocidades no logra ir recuperando esas demandas. Por lo tanto, estamos pasando de una sensación de abundancia a una histórica situación de escasez, con una fuerte oposición a creerlo, a transformarse y a salir de la zona de costumbre. Frente a este escenario – al igual que los ratones – la humanidad se encuentra dividida.

¿Habrá alguna sola causa en la historia que nos una a todos? Uno pensaría que el cambio climático podría ser esa causa, sin colores políticos, pues se habla de ciencia y problemas que nos afectan a todos. Dados los hechos, que además de ser respaldados por la ciencia, son visibles a simple vista.

Tuve el honor de sumarme a la delegación de Chile la semana pasada en Nueva York. Entre varios importantes acontecimientos, se anunciaron los últimos reportes científicos del IPCC, organismo oficial de las Naciones Unidas. El reporte IPCC fue realizado por numerosas academias científicas del más alto prestigio mundial que presentaron más de 7.000 estudios. Representa la mirada más extensa hasta ahora de los efectos del cambio climático en los océanos, cuerpos de hielo, paquetes de nieve en las montañas, entre otros.

Los resultados son bastante claros. El reporte de las Naciones Unidas señala que los efectos del cambio climático están amenazando a los océanos y establece una advertencia inmediata. Los ecosistemas marinos, cosechas pesqueras y biodiversidad marina están en riesgo. Los eventos extremos y subida del nivel del mar están amenazando el bienestar de cientos de millones de personas residentes de zonas costeras.

Lo positivo del informe es que da esperanzas. Por eso, ese día se estableció la meta de conservar el 30% del Océano Global al 2030. Una meta ambiciosa pero abordable, que requiere la voluntad de todos. Nos encontramos en un punto de inflexión histórico para la humanidad, en un “tipping-point”, como dijo la doctora Jane Lubchenco en el lanzamiento del IPCC. Los esfuerzos y voluntades deben venir desde todos los sectores, público y privado. Hemos evolucionado de pensar que tenemos un océano inmenso e infinito, que nada le puede pasar, a pensar en un océano inmenso, dañado, imposible de arreglar, a un océano dañado pero abordable, posible de reparar y recuperarse. Eso es muy esperanzador.

Fue un honor ver al equipo chileno desplegado en Nueva York, liderando los esfuerzos mundiales. La visión de Chile para esta COP25 es distinta a las otras y el mundo lo reconoce.  Por primera vez se integra con tanta fuerza al sector privado y a la ciudadanía a la discusión. Ahora, todos estos esfuerzos políticos desde arriba “top-down” no significarán de nada si no los conectamos desde abajo, “botom-up”, y todos juntos. Y esta COP25 impulsará ese enfoque como nunca. Con una Zona Verde que permitirá, por primera vez, que este encuentro de las partes integre a la ciudadanía activamente.

Tiene todo el sentido. La ciudadanía como nunca pide cambios, para qué decir los jóvenes que están en las calles, no por capricho, sino por convicción. Estamos ante una emergencia climática y una declaración de falla en el sistema actual, sin precedentes.

La filantropía y la sociedad civil están haciendo lo humanamente posible para que, dada toda la evidencia científica, los liderazgos mundiales hagan lo que tienen que hacer: tomar las decisiones correctas y brillar políticamente por aquello. Suena simple, ¿o no?

La ciencia, la tecnología, los grandes emprendimientos y emprendedores nos han mostrado que el camino es difícil, pero absolutamente posible.

¿Que camino tomaremos? No queda otra que iniciar el imperioso proceso social, sistémico, entre la ciencia, el sector público y privado, para entender como armaremos este rompecabezas entre todos.

Parece mucho más riesgoso no hacer nada y negarlo, que al menos intentarlo.

Fuente: La Tercera

“Seminario de Borde Costero”, discutiendo aspectos para una gestión integrada

Con la participación de autoridades y especialistas se desarrolló la actividad organizada por Chile-California Council, con la finalidad de abarcar distintos temas que permitirán un adecuado trabajo en la legislación del borde costero para poder alcanzar un desarrollo sustentable en sus procesos naturales. Te invitamos a leer más más acerca de este seminario.

Con la participación de los Ministerios de Defensa, Bienes Nacionales, Ciencia, Medio Ambiente y Relaciones Exteriores, además de representantes de organizaciones sociales y científicas se llevó a cabo la actividad organizada por Chile-California Council “Seminario de Borde Costero” en el Salón de Honor de Casa Central de la Universidad Católica de Chile. Desde todas las miradas público- privadas, se abarcaron los principales aspectos para desarrollar una gestión integrada en la legislación del borde costero, correlacionando todos los instrumentos actuales y las distintas visiones multisectoriales e inter disciplinarias que intersectan. El seminario contó con el patrocinio de la COP25, Ministerios de Medio Ambiente y Relaciones Exteriores, Resources Legacy Fund, Center for Applied Ecology and Sustainablility CAPES UC, y como principal media partner a Ladera Sur.

Esta actividad se desarrolla en el marco de recalcar la importancia de saber cómo se administra la costa y lo que ocurre en ella, así como saber cuáles son sus intereses de uso y los lugares de alto valor biológico. En esa lógica, el evento contó con la participación de Kaitilin Gaffney, Directora de Océanos, Costas y Pesquerías en la organización Resources Legacy Fund de Sacramento-California, la cual fue clave en el proceso de creación de la red de Areas de Manejo y Protegidas a lo largo de toda la costa de California, a través del Marine Life Protection Act (MLPA).

1Cortesía Chile California Council
Cortesía Chile California Council

“El proceso en California no fue para nada fácil y tomo bastante tiempo. Se dividió la costa en tramos y se avanzó en cada uno por etapas, reuniendo a todos los actores involucrados en el borde costero como pescadores, sector industrial, turístico, inmobiliario, gobierno local, y de esa manera, acompañando toda la información científica como base de la discusión, se fueron llegando a acuerdos. La aplicación final resultó en un positivo equilibro biológico y socioambiental, y en muchos casos no quedaron todos contentos. No obstante, tras casi 10 años de información recopilada desde su implementación, los resultados han sido asombrosos en términos de biodiversidad marina, como de la economía pesqueras por la alta recuperación que han brindado las zonas protegidas” – comentaba Kaitilin Gaffney sobre la experiencia en la zona costera de California.

El evento contó con la participación de distintas autoridades y científicos quienes se dispusieron a exponer acerca de las distintas materias que rodean el borde costero, recalcando la importancia de una regulación que permita un desarrollo sustentable de todos los procesos naturales y actividades económicas y sociales en el borde costero, puesto que Chile tiene una realidad costera única, que se extiende por más de 83 mil kilómetros de costa lineal.

El Borde Costero está definido legalmente en nuestro país desde 1960 bajo el decreto con fuerza de ley número 340 que es la actual regulación de concesiones marítimas y en donde se le otorga la responsabilidad al Ministerio de Defensa Nacional del control, fiscalización y supervigilancia de toda la costa y mar territorial, así como de ríos y lagos.

Luego de 30 años, en 1994, es cuando recién se establece la Política Nacional del Uso de Borde Costero (PNUBC) en el DFL 475, en el cual se reconoce el carácter integrado y sistémico de las zonas costeras terrestres y marítimas con vista a alcanzar un desarrollo armónico del borde costero. Dentro de sus objetivos la PNUBC, se propone los usos preferentes del borde costero a través de la macrozonificación y microzonificación para establecer los instrumentos de planificación territorial, todo esto por medio de la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC) y la Comisión Nacional de Uso del Borde Costero (CNUBC).

“Hoy, por lo menos hasta el año 2017, tenemos alrededor de 3.400 concesiones marítimas otorgadas a lo largo de nuestro borde costero. Se concentran especialmente en el norte grande y en las zonas central y sur donde más interés hay por solicitar permisos que te permiten divisar  esta área que se supone que debieran tener acceso todos los chilenos” afirma uno de los primeros exponentes, Cristian García- Huidobro Jefe División Jurídica del Ministerio de Defensa Nacional.

Cortesía Chile California Council
Cortesía Chile California Council

El proyecto de Ley Borde Costero- ingresado el 2012 y aprobado en su primer trámite constitucional pero que ha quedado varado hasta los días de hoy – busca que la administración y coordinación del uso del borde costero pase al Ministerio de Bienes Sociales y establecer un nuevo régimen de concesiones marítimas.

De acuerdo a lo que se establece en el proyecto de ley, el borde costero presenta una naturaleza jurídica compleja que integra tanto bienes nacionales de uso público y bienes fiscales, sujetos actualmente al control, fiscalización y supervigilancia, por lo que se hace necesario contar con un régimen regulatorio de las concesiones marítimas que permita una mayor celeridad en su tramitación y que garantice de mejor manera la seguridad jurídica para sus titulares, considerando los aspectos ambientales, sociales y económicos que confluyen en el borde costero.

En este caso, se señala que resulta una mejor alternativa entregar la gestión y radicación a un órgano con vocación territorial como es el Ministerio de Bienes Nacionales, y entregarle las facultades de coordinación de las demás entidades públicas con competencia en el Borde Costero, a fin de fomentar el desarrollo de esta área de una manera sustentable y armónica.

“En este contexto de un territorio diverso que tenemos y donde hay un rol relevante del Estado desde el punto de vista de la gestión, el Ministerio de Bienes Nacionales tiene como misión en el servicio del país el territorio de todos de usarlo de una manera sustentable y como motor de desarrollo, económico, social, cultural y ambiental del país” expone Sebastián Seisdedos, Jefe de Unidad de Patrimonio del Ministerio de Bienes Nacionales quien además agrega que la necesidad de una Ley radica en que existe una visión más actualizada, integral y articulada del territorio costero interior de sus políticas nacionales, de su planificación y de su gestión.

“La oportunidad que entrega el proyecto de ley es interesante porque permite de alguna manera ordenar estas tres componentes: componente planificación, componente gestión e integrada del territorio, más allá de sus límites administrativos (…) También porque si miramos, estamos hablando de una regulación que tiene más de 60 años y evidentemente en 60 años hemos cambiado la manera en la que entendemos las cosas y también el procedimiento según el cual un Estado más moderno aborda los problemas de gestión”, comenta.

Cortesía Chile California Council
Cortesía Chile California Council

De acuerdo a lo señalado por Seisdedos, el proyecto de ley considera tres objetivos: el primero consiste en regular el proceso de fijación y modificación de la política nacional del uso del borde costero radicándolo al Ministerio de Bienes Nacionales.

El segundo corresponde al proceso de zonificación del borde costero, a lo largo del territorio nacional, en aquellas áreas que no se encuentren ya reguladas por un instrumento de planificación territorial, estableciendo usos preferentes que permitan compatibilizar los derechos de los particulares con las necesidades de la comunidad y del país.

Por último, se establece un nuevo régimen de concesiones marítimas que mejora la eficiencia y rapidez en el otorgamiento, renovación, modificación y transferencia de las concesiones marítimas con mayor seguridad jurídica.

Finalizada la introducción del marco político del borde costero, se dio inicio al espacio de los keynote speakers. Diego Urrejola de Fundación Cosmos expuso en representación de la nueva Coalición de ONGs chilenas trabajando en la Costa llamada Costa Chile, la cual fue creada para acompañar al gobierno en el proceso de ley de borde costero para asegurar que se consideren los elementos técnicos adecuados para una gestión integrada del borde costero, un diseño resiliente ante los efectos del cambio climático, que considere el resguardo de zonas de alto valor biológico, y que contemple un ordenamiento territorial comprensivo sobre todos los usos y presiones existentes sobre el borde costero, para garantizar un prospero desarrollo en la costa para Chile, país que por todos lados es costero dependiente.

Dando hechos concretos sobre las experiencias que han tenido las ONGs que componen Costa Chile – Fundación Mar Adentro, Punta de Lobos, Rompientes, Cosmos, Global Nomad y Geute Conservación – Diego Urrejola se dispuso a contrastar en su antes y después, distintas edificaciones y proyectos a lo largo del país que han sido construidas sobre el borde costero y dunas, y la repercusión que han sufrido en la infraestructura y la población que habita, debido a los efectos de subida del nivel del mar y cambio climático. “¿Cuántos servicios ecosistémicos adicionales estamos dispuestos a perder para comprender que debemos resguardarlos porque nos protegen? pregunta al público. “Para todos resulta familiar el caso de la Avenida Perú en Viña del Mar, o que seguimos construyendo en zonas que fueron – recientemente – inundadas por el tsunami en 2010, por mencionar algunos ejemplos”.

Además expuso “Lo que resulta preocupante de la nueva legislación tiene que ver con sus objetivos. Cuando tenemos una política y una normativa que esta principalmente orientada a las concesiones y que no está orientada al ordenamiento de todas las cualidades y características del territorio – sea por la razón que sea – es preocupante. Zonificar no es lo mismo que gestionar y gestionar no es lo mismo que administrar, tienen intencionalidades diferentes”, afirma Urrejola.

Por otro lado, Felipe Paredes y Claudia Silva expusieron sobre el Proyecto GEF (Global Envoronmental Fund) del Ministerio de Medio Amebiente, acerca de la Gobernanza de Ecosistemas Marinos y Humedales Costeros. Abordaron diversos temas sobre las principales amenazas que se presentan en la actualidad en los ecosistemas marinos, y de cómo estos programas GEF pueden mejorar los estados ecológicos y de conservación costero. Claudia Silva destacó en base a ejemplos concretos de trabajo en distintos Humedales de Chile, cómo se pueden agregar sitios adicionales de alto valor biológico, bajo este mecanismo de trabajo establecido en el Ministerio de Medio Ambiente, que permita la creación de una red – por ejemplo– de áreas de manejo y protegidas costeras, como se hizo en el caso de California.

Cortesía Chile California Council
Cortesía Chile California Council

También la actividad contó la participación de Laura Farías, Encargada de la mesa Oceanos de la COP25 e Investigadora Principal de la Zona Costera del Centro de Ciencia, Clima y Resiliencia CR2 de la Universidad de Chile; quien entregó una visión de cómo se ha ido preparando Chile de cara a la COP25, en el sentido de la relevancia que se le ha dado al sector científico para la coordinación de temáticas. Destacó que ésta a COP le ha permitido avanzar sustancialmente a Chile en la validación de la ciencia para apoyar los procesos y toma de desiciones con base científica.

En esa misma lógica fue el turno de la Subsecreatria del Ministerio de Ciencias, Carolina Torrealba, quien destacó la labor del Chile-California Council para organizar este encuentro que runió la mirada de múltiples ministerios y sectores disciplinarios.

“La creación del Ministerio de Ciencia es un avance estructural gigantezco para Chile, y con el tiempo tomará el espacio necesario para que académicos y científicos logren un grado mucho mayor de incidencia en los procesos legislativos y de gobernanza, con la ciencia utilizada como base de apoyo y contexto que sea trasnsferible a las factibilidades sociales y medioambientales de implementación” destacó la Subsecretaria. Además agregó, “el ejemplo que tenemos en Las Cruces con la zona protegida sin extracción que impulsó el profesor Juan Carlos Castillas, ha dado resultados rotundos tras casi 20 años estudiando una zona que se dejo libre de todo tipo de intervención. Ejemplos como este son altamente replicables a lo largo de Chile, y pueden contar con el Ministerio de Ciencia formando parte de la discusión en el trabajo del borde costero de Chile, el cual es muy desafiantes, tiene varias complejidades y es de largo plazo. Contar con el ejemplo de un caso similar y que resultó exitoso como en California, es una gran oportunidad para aplicar las lecciones aprendidas.”

Finalmente, el seminario concluyó con un panel de conversación compuesto por Diego Flores, Jefe del Departamento de Áreas Protegidas del Ministerio del Medio Ambiente; Cristián Pérez Director Ejecutivo de Global Nomad; Flavia Liberona Directora Ejecutiva de Fundación Terram; Carolina

Maertinez, Geógrafa especializada en evolución Costera e Investigadora Asociada de CIGIDEN, y; Juan Ibañez, Fundador y Director de Sostenibilidad Corporativa del Decanato de Derecho UC.

En este espacio Matías Alcalde, representante del Chile-California Council, abrió la sesión con la interrogante ¿Cómo seguimos? Destacó todas las presentaciones del día, las cuales expusieron gran parte del contexto político, legal y técnico, sumado a la visión de California, sobre los desafíos que tiene el país en esta materia. A su vez, expuso la oportunidad que tiene Chile con todo lo que está ocurriendo, para priorizar en su agenda la discusión sobre el Borde Costero.

Cortesía Chile California Council
Cortesía Chile California Council

“La COP25 en Diciembre, la creación del Ministerio de Ciencia de Chile necesario para un proceso de ordenamiento como éste, la posibilidad de conectar de Norte a Sur todo el corredor biológico- costero del Océano Pacífico si Chile avanza como lo hizo California, el hecho de Chile presidiendo la Alianza del Pacífico, el proceso de Ley de Borde Costero en trámite, los programas GEF del Ministerio de Medio Ambiente, etc. Todas oportunidades que permiten – en el caso de Chile – anticiparnos a una conversación necesaria que en otros contextos costaría impulsar y crear voluntades para avanzar en este tema clave para Chile, como país dependiente de su costa. Esta conversación tiene múltiples discursos según el público objetivo, y sin dudas a la larga genera beneficios para todas las partes.”

En esa lógica se realizó el panel de conversación, donde desacó la amplitud de miradas gracias a la diversidad y representatividad de sus integrantes. Se analizó desde los instrumentos legales disponibles desde el gobierno, a las consideraciones técnicas en sentido de cambio climático y protección de la biodiversidad, como sociales en el sentido de bienestar y proceso requerido para la implementación, económicas para comprender los usos, presiones y beneficios que tiene un ordenamiento territorial y zonificación costera.

“El tema de borde costero está siendo un tema que se está posicionando en la agenda medioambiental del país y creo que hay que estar optimista. Sin embargo, tenemos muchos desafíos. El primero comienza con comprender que Chile es un país altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, y por tanto, mirarlo desde esa perspectiva nos impone una comprensión integrada de cómo nos estamos preparando para dichos efectos. Si no nos hacemos cargo a tiempo, será mucho más costoso reparar una mala toma de decisiones, muchas de ellas que resultan irreparables. Como Chile, estamos a tiempo pero debemos avanzar en esta materia de forma urgente. La población solo aumentará en zonas costeras en los próximos años y lo hará considerablemente, Chile es un país que depende de su costa”, destaca Flavia Liberona.

Fuente: Ladera Sur